Por Alberto Bravo, DPA
Barcelona asistió el último año a una erosión imparable de su imagen que escaló un nuevo pico con una sanción que le impide fichar hasta 2016. La FIFA le asestó un nuevo golpe, uno más tras la muerte de Tito Vilanova, los problemas fiscales de Lionel Messi, el “caso Neymar”, la dimisión del presidente Sandro Rosell, el polémico ascenso al poder de Josep María Bartomeu o el cierre de una temporada sin títulos importantes.
La paz nunca parece llegar al “culé”, donde cada tregua no suele durar más que unos días. Si al comienzo de la semana pareció revitalizar su ilusión con su actuación en el trofeo “Joan Gamper” y la presentación de Luis Suárez, la FIFA lo devolvió al país de las sombras al impedirle fichar durante todo 2015. La FIFA fue inmisericorde y lo hizo vivir otro día fatal dentro de un año fatal.
Vilanova anunció el 19 de julio de 2013 el fin de su marcha como DT al recaer de un cáncer que le quitaría la vida nueve meses después. Gerardo Martino fue su sustituto pero el ahora DT de la Selección Argentina se iría del club al final de temporada tras no ganar ningún título importante. Fue una campaña durísima para el equipo y, sobre todo, para el club, que no encontró la forma de liquidar los diferentes fuegos que se le fueron encendiendo. Así, durante el último año, Messi tuvo que enfrentarse a la acusación de fraude fiscal en un proceso que sigue abierto y que podría desembocar en la imputación del astro y de su padre Jorge. Coincidiendo con las investigaciones sobre su presunta evasión, Messi vivió su peor año deportivo, que incluyó lesiones y extraños vómitos. Además, se enfrentó al directivo Javier Faus, quien se negó a una mejora de contrato que finalmente llegaría.
Lo que más ruido originó fue el llamado “caso Neymar”. Rosell presentó el 4 de junio de 2013 a la estrella brasileña con una enorme sonrisa en la boca. “Costó 75,7 millones de dólares y punto”, dijo.
La contratación comenzó a ser investigada por la sospecha de que hubo “dinero oculto” en la operación. El conflicto derivó en una consecuencia impensada: Rosell dimitió el 23 de enero.
Las lesiones impidieron a Neymar justificar la inversión.
Bartomeu, “mano derecha” de Rosell, ascendió al poder en mitad de un enorme debate que todavía dura. Los estatutos del club lo legitimaban para ser presidente, pero una parte de los hinchas denunció que no fue un mandatario votado en las urnas.
La trayectoria del equipo tampoco ayudó a lograr la paz institucional. Barcelona fue eliminado en cuartos de final de la Liga de Campeones ante Atlético de Madrid, cayó en la final de la Copa del rey ante Real Madrid y perdió el título de la Liga española en la última jornada ante Atlético. Salió Martino y llegó Luis Enrique.
Para intentar regenerar la ilusión de sus hinchas, y quizá previendo la sanción de la FIFA, Barcelona se gastó esta temporada cerca de 150 millones de euros en fichajes, un récord en la historia “culé” y mientras, la imagen del club continúa erosionándose con la ratificación de la FIFA y la batalla legal perdida ante la Corte Arbitral del Deporte (CAS) para intentar reducir la sanción al uruguayo Suárez por morder a un rival. ¿Qué más podría pasar?